sábado, 21 de noviembre de 2009

LA EMPRESA RED COMO ORGANIZACIÓN QUE APRENDE Y DESAPRENDE


Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación
Número 2 / Enero - Abril 2002 Artículos
Penélope revisited:
El nuevo orden emergente de las cualificaciones
informacionales recombinantes

Ricardo Alonso Maturana

¿Época de cambios o cambio de época?
Por utilizar la clase de contundentes y a menudo simplificadores eslóganes de uso corriente en el management contemporáneo: no estamos viviendo en una época de cambios, sino en un cambio de época(1). Esta idea se ha convertido en un lugar común a lo largo de la última década. Y si esta percepción se ha convertido en parte del acervo popular del último cuarto del siglo XX es porque, en ese corto espacio de tiempo, han concurrido, o se han hecho explícitas, cuatro grandes innovaciones que han tenido y seguirán teniendo un impacto fundamental sobre los estilos de vida y las agrupaciones de intereses de las personas y sobre la estructura económica de las sociedades avanzadas. La primera innovación fue la de la microelectrónica que posibilitó (2) un desarrollo espectacular de las telecomunicaciones y también (3) un desarrollo inédito y una integración sin precedentes de sistemas automáticos de almacenamiento y procesamiento de la información que han hecho posible (4) el desarrollo de la ingeniería genética y de la biotecnología.
Estas cuatro grandes innovaciones están convergiendo y actuando sinérgicamente para producir un nuevo espacio social y mental donde las personas se representan el mundo de una forma radicalmente nueva. Sin embargo, por utilizar la expresión de Cornellá, “la fiesta todavía no ha empezado; estamos escuchando la música desde lejos, pero nos vamos acercando al festival”(2). Trataremos de elucidar las razones por las que esto es así y de qué manera, cuando llegue la fiesta de verdad, los modos de producir y estar de las personas y de las organizaciones se verán conmovidos.


Características formales de la empresa informacional
A modo de introducción, con el fin de fijar el campo de juego, empezaremos por ofrecer una visión sistemática de la empresa informacional o empresa-red.
Lo que aparece como característico de la sociedad de la información, lo es de sus instituciones más íntimas, como es el caso de la empresa capitalista. Blondin, al igual que Echevarría entre nosotros(3), ha teorizado sobre la emergencia de un nuevo paradigma que afecta a toda la actividad humana, si bien desde un punto de vista menos general y más pegado a las consecuencias e impacto que, para la actividad económica humana, se han derivado de la extensión y casi universalización de las nuevas tecnologías. El cuadro siguiente muestra las características diferenciales entre el viejo paradigma y el emergente según este autor.


VIEJO PARADIGMA - NUEVO PARADIGMA
Analógico - Digital o numérico
Transistores - Microprocesadores
Tratamiento de datos - Tratamiento de la información
Máquinas de calcular - Máquinas de comunicar
Softwares cerrados - Softwares abiertos
Ordenadores aislados - Redes de ordenadores
Multimedia - Plurimedia
Saturación informativa - Agentes inteligentes
Continentes - Contenidos
Gamas estables de productos - Evolución rápida de los productos
Productos con servicios - Grupos virtuales
Coste - Valor
Mercados basados en la oferta - Mercados basados en la demanda
Mercados nacionales - Mercados globales
Mercados de masas - Mercados segmentados
Creación-producción-difusión - Creación-difusión-producción
Culturas nacionales - Culturas mestizas
Jerarquías - Redes
Fuente: Blondin, 1999(4)


Implicaciones para las organizaciones
El cuadro de Blondin se centra en las implicaciones que la tecnocultura que subyace a algunos atributos de lo que Javier Echevarría ha denominado Tercer Entorno o E3, tales como la capacidad de operar a distancia, el carácter representacional y simbólico del marco, la inestabilidad y globalidad asociadas con su instalación y desarrollo, su capacidad para desarrollar una memoria autónoma de la humana y su impacto sobre procesos culturales de fondo que implicarían una especie de tecnolenguaje universal (integración semiótica), tienen sobre las tecnologías y su renovación, los mercados y las relaciones que los actores económicos pueden desarrollar en este nuevo espacio.
Cartier (5) por su parte, a partir del análisis del cuadro diferencial de Blondin identifica lo que le parecen ser los principales rasgos del nuevo paradigma en lo que hace a su instalación en las organizaciones, a saber:
La innovación adquiere más importancia que la producción en masa.
El peso de los activos intangibles deviene en las nuevas condiciones en el marcador del valor de mercado de la empresa. El valor de las empresas, expresado en su cotización en Bolsa, se autonomiza de sus activos materiales al descansar de forma creciente en activos intangibles, especialmente en nuevos conocimientos, que carecen de representación contable.
Como consecuencia, el mundo financiero invierte crecientemente en nuevos conceptos, más que en equipos e infraestructuras, todo lo cual determina un aumento del capital de riesgo.
A estos tres rasgos generales del nuevo paradigma deberían añadírsele estos otros tres que propone Cornellá(6), característicos de un modelo de sociedad cuya identidad más básica y esencial radica crecientemente en la fluencia de información y que serán discutidos más adelante:
E3 y el nuevo paradigma económico están determinando el que, tanto las organizaciones como las personas, hayan de vivir bajo la presión de gestionar eficientemente información cada vez más masiva. De hecho, existe demasiada información, pero poco conocimiento en proporción. El mayor riesgo para las organizaciones e individuos en este contexto es la infoxicación (7).Las organizaciones que pretendan sobrevivir deberán incrementar su capital intelectual, imaginando maneras de agilizar su motor de generación de conocimiento.
El nuevo paradigma económico convierte la comprensión en un imperativo. En una sociedad con exceso de información, el reto consistirá en hacer más sencilla su comprensión. Habrá poco tiempo para digerir los inputs, por lo que se invertirá más tiempo en la confección de los estímulos informacionales con el objetivo de que la gente invierta más tiempo en comprender que en acceder o leer.
Internet aparece como el factor crítico de transformación de las organizaciones, los negocios y los trabajos. Pero Internet es ella misma información. Internet permite representar las organizaciones, tanto en sus maneras de operar como de relacionarse con el entorno. Para las empresas, la clave del éxito en internet está vinculado con entender la relación entre quién compra y quién vende (o entre quién produce y quién consume), relación que es diferente de la que ocurre en el “mundo real”. El e-negocio aparece entonces como lo que en realidad es: i-negocio. La nueva economía es una economía de intangibles, y más concretamente, de gestión de la información con base en el conocimiento.
En este contexto, las organizaciones se enfrentan con los siguientes tres grandes desafíos:
El período de respuesta de los competidores es cada vez más corto, lo que determina una rápida obsolescencia del know-how: Los avances frente a los competidores se vuelven cada vez más frágiles.
Es necesario posicionar rápidamente el producto en el mercado global: Durante los 80 y 90, los costes de I+D han crecido exponencialmente en los países más avanzados. A la vez ha aumentado la velocidad del cambio tecnológico y la complejidad de las nuevas innovaciones, mientras que se ha rebajado el tiempo necesario para desarrollarlas y colocarlas en producción. Estas tendencias obligan a las empresas a recuperar los costes de I+D en poco tiempo, mediante el lanzamiento de sus productos a escala mundial. Es importante subrayar que todas las organizaciones, con independencia de cual sea su actividad, deberán comprometerse severamente en procesos de I+D+D (Inteligencia+Diseño+Desarrollo) y, en consecuencia, se deberán comprometer con sistemas que aceleren la difusión del conocimiento y el aprendizaje organizacional (en sistemas de I+L, esto es, en sistemas INTELARNING o de Inteligencia Competitiva+Aprendizaje Organizacional)
Los costes de fabricación y producción deben ser mínimos: Si bien los costes de I+D pueden ser elevados, los costes de fabricación deben ser lo más bajos posibles, aunque ello pueda suponer la subcontratación o la deslocalización de la producción.
Como resultado del incremento de la velocidad del ciclo de la innovación y de la difusión de la misma, está emergiendo en los países más avanzados un nuevo modo de organizar y valorar el trabajo que afecta:
-A las relaciones laborales;
-A las condiciones de trabajo;
-A los roles y jerarquías en las organizaciones;
-A la cualificación requerida y a los contenidos de la actividad laboral;
-A los estilos de trabajadores considerados funcionales;
-Al concepto de funcionalidad laboral, cada vez más vinculado con la idea de polivalencia;
-A la participación del trabajo en los beneficios de la actividad;
-A la ordenación y segmentación de los mercados laborales;
-A los patrones de implantación territorial de las corporaciones.
La mayor parte de estas ideas, si bien no todas, han devenido en un lugar común de la literatura sociológica, económica y relativa a la gestión empresarial en los últimos años de los noventa del siglo XX. Puede encontrarse uno o varios o, a veces, todos los rasgos señalados en cualquier revista económica, artículo de prensa y, naturalmente, en miles de sites más o menos especializados de Internet.


La empresa informacional y el trabajo informacional
Las empresas son uno de los espacios formativos más determinantes en esta fase de capitalismo informacional, no sólo en la medida en la que sus interacciones determinan el espacio de los flujos de bienes, personas, información, conocimiento, la formación de los mercados y en buena medida las formas de organización y ocupación del espacio físico y la estructura social, sino porque han devenido en espacios de creación, socialización y difusión del conocimiento, a la par que los modelos de gestión avanzados han generado en su interior un espacio de aprendizaje e incorporación de conocimiento a las personas de carácter crecientemente formal.
Y las empresas son cada vez más lugares en los que se aprende porque en buena medida el trabajo informacional consiste en aprender. Esta función, que antaño se realizaba de manera más informal y fundamentalmente a través de estrategias de aprendizaje y de socialización en el trabajo (learning by doing), ha venido a situarse en el corazón de la estrategia de las organizaciones más en la frontera de sus respectivos conocimientos sectoriales. En consecuencia, la socialización a través del trabajo incluye un componente de trabajo intelectual que trasciende el antiguo concepto de cualificación profesional. Como se verá, las cualificaciones profesionales cada vez son más digitales en un sentido que precisaremos, lo que en parte quiere decir que en todos los casos incluyen una apropiación intelectual, de carácter muy simbólico y abstracto, de los procesos sometidos al control de las máquinas y la programación. En el mismo sentido, las tecnologías blandas o de gestión requieren de las personas comportamientos socialmente exigentes que implican el dominio de destrezas sociales vinculadas con competencias que se adquieren en un ambiente social cognitivamente rico que, hasta hace no mucho, estaban circunscritas al ámbito de las élites gerenciales y a los mandos intermedios.
En este nuevo contexto, la empresa, a través de las estrategias de formación continua que lidera y desarrolla, se suma al conglomerado de instituciones sociales que amplían la base social del conocimiento y hacen posible que el ciclo de la innovación tecnológica pueda ser socialmente interiorizado, apropiado y reutilizado de formas no obvias ni predeterminadas, ampliando de ese modo su alcance inicial hasta alcanzar al conjunto de la sociedad.



Artículo completo:

No hay comentarios:

Publicar un comentario